Petit Fours

Muy buen lunes queridos amigos!

Aquí va un post súper cortito, pero con la información que tanto estaban esperando.

Petit Fours, una receta clásica americana, es un poco trabajosa, pero sus resultados bien valen la pena! Se van a lucir con ella, ideales para una mesa de té acompañados de alguna otra delicia.

A probar y animarse, que salen seguro!

Buena semana!

Vir
(Receta realizada para mi programa "Repostería con Virginia Sar" - Todos los días por Canal El Gourmet)

Torta de quinotos y queso libre de guten










En esta época del año, saco la olla mas grande que tengo, esa bien noble y de fondo grueso, enciendo los fuegos y comienzo a cocinar el dulce que consumiremos durante todo el año y hasta el próximo invierno. Cada dos o tres días cosechamos los quinotos mas lindos, los que están mas naranja y en su punto justo dejando los menos maduros para que el proceso nos de tiempo a recolectar todos los frutos de cada invierno. 
El quinotero es un árbol generoso, que si se cuida adecuadamente cada año dará mas y mas frutos…y de mejor sabor.
Con el dulce preparo muffins, budines, tortas para la hora del té o tortas para una mesa rustica como en este caso, digna de cualquier festejo de importancia. O lo consumimos simplemente en desayunos o meriendas con manteca y un rico pan casero.
Esta es mi técnica, a la que llegué después de preparar dulce de quinotos durante 10 años. No es la receta convencional, en mi caso prefiero trozar los frutos en porciones pequeñas, retirar las semillas y colocarlas en un lienzo para aprovechar toda la pectina que le aportan a la preparación para que sea una mermelada con buen cuerpo y color. Y al trozar los frutos, resulta mas fácil de untar una vez convertida en dulce.
Espero que tengan un lindo árbol de quinotos a mano para poder experimentar esta receta y disfrutar del dulce e intenso sabor de estos frutos.
Genial y gélido lunes para todos!... y a comer dulce de quinotos!


Sopa Crema de Zanahorias - Tartín de Zanahorias, Calabazas y Queso













Una hatillo de zanahorias…así comenzó esta pequeña historia, algunos días atrás. 
Ir al mercado siempre es una aventura para mi, pero cuando llego y me topo de bruces con una pieza como esta, es una experiencia única, mágica. El día cambia completamente de color, la sensación de felicidad me invade, y todo lo que sigue es creación, como un niño con temperas y pinceles…pensar en la receta, el plato justo, los demás ingredientes, el clima de la foto,  los colores y  después, cocinar…casi como un alquimista, agregando esto y aquello, revolviendo la olla con cuidado, tratando de rescatar cada único sabor. Así fue como pensé en estas maravillosas zanahorias, así decidí que fuera su exultante y nutritivo fin. Una sopa, aunque el invierno se resista, la mejor sopa de zanahorias, simple y sin mayores pretenciones, la preferida de Oli que muestra sus hermosas manitos en la foto tal cual lo hace mamá.
Sí, su sopa, la que pide siempre, la que toma con tanto gusto y disfrute.
Este plato esta compuesto por determinados ingredientes, que no quise que se dejaran de ver, que se perdieran, por eso también un tartín que muestra cada uno en su estado mas integro. Algo de pan, un rico queso, un  buen vino…
Este es un almuerzo intimo pintado en algunas fotos que quiero compartirles, y decirles que cuando se encuentren en el mercado con algo tan maravilloso como esto, no lo dejen pasar, sean como niños, cómprenlas, cambien el menú y disfruten del sabor mas puro de la naturaleza.
Feliz jueves para todos…y… ¡NI UNA MENOS!