Cuando Vinciane se puso en contacto conmigo, mi primera
impresión fue pensar en lo mágico y misterioso de su nombre,
y a medida que leía su mail e iba descubriendo
su historia, casi de inmediato surgían las instantáneas de su relato, de las tardes brumosas
de invierno en una fría y romántica Bélgica, mientras ella cocinaba junto a su
padre los waffles crocantes (Gaufrettes) que hoy tengo el placer de probar y con
los que ella me tentó para crear una receta, así como con sus dulces. Un gran
desafío, usar productos de sabores tan delicados para hacer un plato, como intervenirlos
sin alterar sus maravillosos aromas, sus delicadas texturas tan nuevas para
mi?... fue entonces que pensé en recetas básicas, en las que pudieran lucirse
sin opacarlos, y tratándolos con mucho cuidado. Hoy quiero convidarlos con los
productos de
La Confiture, clásicos productos belgas, y con dos recetas muy
simples, en las que podrán descubrir el arte de usar productos de calidad para
lograr platos sublimes.
Además en
La Confiture, los dulces son los reyes
indiscutidos, una gran variedad de sabores muestran el buen manejo de las
recetas de herencia que Vinciane soñó compartir con nosotros, y que hoy ya son
una realidad. Desde el simple sabor invernal de las naranjas amargas, hasta las
delicadas frambuesas negras, son encerradas con cuidado y cariño dentro de
bellos frascos prolijamente etiquetados, para poder disfrutar de su dulzura
durante todo el año.
Otra especialidad, las Vanilleknipfel! Esas lunitas bañadas
en azúcar impalpable, etéreas y crocantes a la vez, no pueden dejar de
probarlas…aun hoy sueño con ellas y su sabor me transporta a la Bélgica de su
infancia. Gracias Vinciane por compartir un poco de tu magia con nosotros.